domingo, 20 de enero de 2013

Audrey Hepburn

Cuando eres una fangirl como yo, lo normal es que cueste muchísimo encontrar una sola cosa de la que ser completamente fan. Pensaréis que es una idiotez, pero de la misma manera que a uno le puede gustar de manera incesante la música, los libros o el arte, yo me he decantado siempre de una forma especial por las series y las películas y, por tanto, por sus actores y/o personajes.

Soy quien se enamora de personajes ficticios de una manera real, soy quien se entera de cómo son aquellos actores o actrices que me vuelven loca, soy quien busca la filmografía completa y hasta series que nadie más conoce sobre estos actores. Soy quien roza la obsesión en algunas ocasiones. Pero también es cierto, que lo mío no es distinto a cualquiera de las situaciones que podáis vivir vosotros con vuestros vicios secretos. Yo, simplemente, lo saco a la luz continuamente.

Pues bien, siempre me ha costado decidirme por una película en particular, creo que no puedo decir que tenga una favorita, pero si cierto "top ten" de películas, o mi favorita en ciertos estilos. Quizá más que película favorita tengo una serie de películas que he visto más de un millón de veces y que veo cada vez que tengo oportunidad o pasa algo en particular (sí, tengo una serie de películas que cubren ciertas ocasiones). Con el tiempo he buscado más allá de lo que se ve siempre. Con quince o dieciséis años me decanté por Johnny Depp como actor favorito, y desde hace un año o dos tiene que compartir ese puesto con algún actor más, porque soy incapaz de decidirme por uno solo (y David Tennant ha ganado mi corazón). 

A esto me refería, esto es lo que me pasa siempre. Me decanto por algo, pero luego aparece otra cosa que me hace dudar, y al final comparten el mismo puesto un montón de actores distintos. Sin embargo, esto nunca me ha pasado con las actrices. Con quince o dieciséis años también, encontré en Charlize Teheron a una mujer increíble que empezó a ocupar ese lugar de actriz favorita, me desentendí pronto de ella, no por desilusionarme, sino porque no acababa de llegar a donde yo pretendía. Y entonces llegó ella, Audrey Hepburn.

Una mujer maravillosa, tanto su vida como su forma de vivirla y sus actuaciones. Me encantó desde la primera vez que vi Breakfast at Tiffany's. Esa elegancia innata, esa cara tan sumamente dulce, esa sonrisa que embriagaría al más insensible de los mortales. Era perfecta. Empecé a ver películas de ella, siempre sin separarme de mi primer descubrimiento, aquella película que empezaba con un "día rojo". Lamento decir que aun no he sido capaz de verme su filmografía al completo, muchas cosas me quedan por ver (o quizá no tantas). Y no todas las películas son realmente buenas, pero su aparición en pantalla es suficiente para mí. 

Así fue como un día mi madre apareció con su biografía para mí. Un regalazo increíble. Me la leí en dos semanas, leyendo solo en los viajes en autobús a mis clases de inglés (45 minutos de bus, dan para mucho). Antes solo estaba encandilada por su imagen y lo fácil que le resultaba engancharme a cualquiera de sus apariciones con solo una actuación breve, pero aquella vida acabó de conquistarme. Pasé de decir que había sido una gran actriz, a decir que había sido una mujer memorable en todos los aspectos. Habría dado cualquier cosa por conocerla, por ver en primera fila todas esas ayudas a Unicef, sus vestidos y su amor por todo lo que la rodeaba. Por vivir junto a ella esa pasión por la vida, a fin de cuentas. Cada uno de sus pasos desde que fue bailarina hasta que regaló sus vestidos a sus amistades antes de morir, pasando por enfermedades, ayudas en la guerra a favor de los aliados, abortos, maridos mal escogidos y elegantes paseos por todo el mundo. 

Hoy se cumplen 20 años de su muerte. Tenía yo dos años cuando esta adorable preciosidad dejaba este mundo. Quién me iba a decir a mí o a mi madre en aquel entonces que hoy tendría una amplia colección de sus clásicos, su biografía, un cuadro y un póster de ella, una taza y una adoración por ella que la acabaría convirtiendo en mi ídolo. Audrey Hepburn me ha abierto los ojos al mundo de la moda de los años cincuenta, le ha puesto nombre a esos días de "ni frío ni calor", ha enseñado al mundo que la belleza no está en la voluptuosidad de la mujer, que se puede encontrar en una mirada simplemente. Ha hecho más en sus años de vida que muchos otros que hoy en día se tienen por ídolos de masas. Es una leyenda y estoy encantada de decir que es la única a la que no se le podrá quitar nunca ese primer puesto en mi "top ten" de actrices. 

“I believe in pink. I believe that laughing is the best calorie burner. I believe in kissing, kissing a lot. I believe in being strong when everything seems to be going wrong. I believe that happy girls are the prettiest girls. I believe that tomorrow is another day and I believe in miracles.” Audrey Hepburn (4/5/1929 - 20/1/1993)

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