martes, 28 de abril de 2015

Ella se mira en el espejo.

Se mira al espejo intentando averiguar quién es ella, cómo llegó hasta ahí y por qué le faltan tantos trozos de sí misma. Ahora comprende a esa mujer que un día le dijo que se habían llevado una parte de ella, que le habían robado parte de su ser al cruzarse con ella en la vida. Ahora comprende a los vasos rotos y a los papeles llenos de anotaciones importantes que acaban en la basura.

No es la misma desde hace tiempo. El reflejo se le parece bastante, incluso a veces tiene una sonrisa creíble, pero no es ella misma. Se mira y lo sabe, faltan cosas. Alguien se llevó algo y dejó las sobras aquel día lluvioso bajo el puente.

Se mira al espejo e investiga dentro de esa mirada, busca la señal de salida que le permita reanudar el camino a pasos normales, sin prisa, sin pausa, sin plomo en los pies, sin tropiezos, ni dudas, ni culpabilidad. Busca el mensaje en la botella que una vez lanzó por si acababa perdida en aquella isla, y seguirá buscando hasta volver a ser ella misma, con las piezas de repuesto y la actitud que tenía guardada en aquel cajón. Se mirará hasta encontrarse en esa mirada, diciéndose que es hora de volar y no volver jamás a pisar el suelo de papel que rompía con cada taconazo.