sábado, 2 de marzo de 2013

Diarrea Mental

Hoy es uno de esos días en los que todo pasa por mi cabeza. Desde los posibles hasta los imposibles, pasando por recuerdos, paranoias, teorías y demás pensamientos que no deberían estar ahí. 

Es completamente caótica esa sensación de diarrea mental. Incapaz de parar cualquiera de esas imágenes o palabras que aparecen sin más, mezcladas sin ton ni son, que gritan o se estremecen ellas solas. Es desesperante no ver ni el punto de partida ni el punto final, que si lo pienso no sé exactamente como he llegado a algunas cosas, que van y vienen, que una cosa lleva a la otra y de repente nada tiene sentido. Y encima utilizo expresiones que odio... "Una cosa lleva a la otra"... Siempre odié esa expresión, ¿qué es lo que lleva a qué? Nunca la entenderé, es la frase más ambigua y horrible para dejar pasar una explicación si no quieres contarlo todo o no quieres realmente que se sepa el cómo.

Llegados a este punto no sé si me odio más a mí misma o si solo odio mi cabeza y su extraña forma de torturarme como si no hubiera un mañana. Hmmmm... La auto-tortura... Practicada por todo adolescente que se precie desde tiempos inmemoriales. Y practicada por mí cada vez que tengo un día como el de hoy. Tengo el don de ser la persona que mejor sabe como destruirme y además utilizarlo. Creo que soy imbécil. 

No tengo ni idea de lo que estoy escribiendo ahora mismo. Mi intención era ir a dormir, pero (para variar) no tengo sueño, y como quien no quiere la cosa leer un nombre me ha empujado sutilmente a un irrefrenable deseo de hablar con quien no debo para decir cosas que no quiero. He pensado que en lugar de hacer eso, que sería no solo un error, sino también algo completamente incoherente e ilógico, debía abrir mi blog y escribir algo (la libreta me queda lejos). Así que aquí estoy, me he puesto a escribir lo primero que mi diarrea mental del día me ha indicado que tenía que escribir. Es más, creo que es uno de los pocos textos que no pienso releer antes de publicarlo, me dan náuseas de solo pensar en lo desastroso y desordenado que está esto.

El caso es que a veces olvido como debo sentirme. Analizo cada segundo del día, hago balance de pros y contras y más o menos me decanto por un sentimiento, pero tampoco acaba nunca de convencerme. Además el proceso es largo y agotador, la mayoría de las veces me duermo antes de descubrir el final (lo cual habla muy mal del nivel de diversión de mi vida). Sé que hace tiempo me propuse dejarme de gilipolleces negativistas y moverme al otro lado, marcar el cambio en mi actitud para darme una vida más sana y feliz (parezco un anuncio). Esto no cambia nada, el plan es el mismo, pero uno no puede estar en perfectas condiciones día sí y día también, eso es falso... es como ser de plástico. El plan es el mismo, pero hoy es uno de esos días en los que todo y nada tiene sentido, en los que me siento caótica y no me decido por nada. Uno de esos días en los que sin motivo aparente me pongo una película de esas que causan una depresión temporal y me siento bien por sentirme mal. Uno de esos días que podría saltarme sin ningún problema. 

Hoy me apetece una barbaridad ser invisible. Desaparecer por completo. Sin móvil ni gente a mi alrededor. Solo la música, series, películas y yo. Eso no cambiará nunca, ni mi deseo por desaparecer ni mi relación duradera y estable con la música, las series y las películas. Las únicas relaciones de verdad. 

No puedo más, hoy no. La chica invisible desea buenas noches a cualquier lector ocasional que quiera deshacerse de su cordura leyendo esto.

1 comentario:

  1. No eres la única que se siente así. Tampoco sabemos como ser invisibles...

    :)

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