lunes, 2 de agosto de 2010

Bipolar

Un día arriba y al siguiente abajo. Un día sonriendo y al siguiente llorando. Una enfermedad dijeron que era, algo químico que fallaba en su interior. Las extrañezas de su cuerpo me han llevado a hacer un análisis sobre ambas sensaciones.

Euforia.

(Del gr. εὐφορία, fuerza para llevar o soportar).

1. f. Estado de ánimo propenso al optimismo.


Euforia, que gran sensación. Todo te lleva a sonreír, a cantar, a bailar por la calle. Todo te anima a seguir hacia delante, sin malas caras, sin obstáculos que te lo impidan. Todo esta bien, es perfecto, eres feliz. Es como subir a una montaña rusa, ese momento de preparación psíquica previo al descenso, ese momento en que tu nivel de adrenalina sube extremadamente y sonríes tanto que crees que se dividirá tu cabeza en dos. Así es la euforia, así se siente. Despiertas una mañana y todo va bien, y sientes que nada, absolutamente nada, irá mal jamás. Quieres cantar, descargar tanta adrenalina, te da igual parecer un loco sonriendo por la calle, porque todo va genial. Hasta te produce ciertas fantasías que hacen que tengas exceso de seguridad en ti mismo, que hacen que creas que puedes hacer cosas cuando en realidad no es así. La adrenalina, la seguridad, la felicidad, el optimismo al fin y al cabo. Eso es la euforia.

Depresión.

(Del lat. depressĭo, -ōnis).

1. f. Psicol. Síndrome caracterizado por una tristeza profunda y por la inhibición de las funciones psíquicas, a veces con trastornos neurovegetativos.


Depresión, el otro lado, el contraste. La depresión se siente como la mezcla de sensaciones, un poco de desesperación, un poco de tristeza, un poco de desolación, un poco de amargura y pesimismo, y consigues la depresión. Es como una receta o como caer en un estrecho pozo de agua, que ya no contiene ningún líquido. La depresión te muestra lo más oscuro de ti mismo, es el extremo más horrible de las sensaciones y sentimientos. Nada hay comparable a la depresión, es un efecto tan cruel, tan terrible, que nadie sabría como expresarlo. Se manifiesta de formas diferentes, con diferentes causas. Diferentes detonantes dan lugar a efectos diferentes. Hay quien deja de comer y se encierra en su habitación, hay quien decide dejar de salir de casa, hay quien no vuelve a hablar, hay quien llora... Demasiadas reacciones y en su mayoría suelen llevar al mismo punto, querer morir. La gran mayoría de la gente que sufre depresión, por no decir que son todos, quieren morir y se suicidan en algún momento de extrema flaqueza si no son tratados. La depresión conlleva dolor psíquico, no solo para quien la sufre, sino también para sus allegados. La depresión es el contraste, la otra punta de su enfermedad, el lado que acabó con su vida hace un año, día más, día menos.

Hoy lo he recordado, y volví a odiarte por esa decisión. Pero debo tener en cuenta, que es una enfermedad, al fin y al cabo, es algo químico que fallaba en ti.