domingo, 14 de octubre de 2012

El karma.

Tengo la firme teoría de que algo va mal conmigo. Existe algún tipo de problema psicológico o neurológico en mi que hace que cada vez que no tengo ninguna preocupación o que cada vez que las cosas van bien, a mi se me plantee la extraña posibilidad de que en realidad todo vaya mal y yo aun no lo haya descubierto, no lo vea o no sea consciente de ello. 

Quiero decir, cada poco tiempo se da la suerte (por llamarlo de alguna manera) de que no me preocupo prácticamente por nada, es decir, que no tengo problemas reales. Me encuentro yendo a clase, haciendo solo lo justo como para sentirme responsable, jugando, viendo series, hablando con mis amigos, saliendo (aunque sea poco), viendo a quien me suele apetecer ver... Lo normal, sin problemas, sin trabas, sin nada que me haga sentir mal. Y cuando empiezo a ser consciente de esta "suerte" mi cerebro crea conexiones que me indican que en realidad algo va mal, en realidad hay un problema, hay algo que se estropeará o que se está estropeando sin que lo vea. Es como si fuera incapaz de estar bien.

Estoy tan acostumbrada a pensar que las cosas malas son más que las buenas y que las buenas siempre esconden algo, que al final estoy siempre a la defensiva. No hay cosa buena a la que le busque el punto malo, y si no lo encuentro me vuelvo loca pensando "ya aparecerá, siempre aparece, siempre hay algo malo". La quinta pata al gato. Suelo estar convencida de la existencia del Karma, lo cual implica que cada mala acción atrae una consecuencia mala para quien la lleva a cabo, y que cada buena acción atrae buenas consecuencias de la misma manera. Es decir, si eres bueno, te pasan cosas buenas, si eres malo, te pasan cosas malas. Es una cuestión de equilibrio en el sentido de la humanidad, el destino o lo que sea que exista. Siempre que hay algo bueno, hay algo malo. Y siempre que hay algo malo, hay algo bueno. Tiene que ser así, una cosa no puede existir sin la otra. Hasta ahí, entendido. El yin y el yan, el equilibrio, el karma.

Pues ahí estamos. No creo ser mala persona, pero sé que no soy buena persona tampoco. Como comprenderéis no soy fan de los extremos, así que me gusta eso de estar en el medio, lo malo es que como sé que no siempre actúo bien, también sé que el karma deberá castigarme de vez en cuando. Lo cierto es que tampoco actúo tan mal como para ser considerada un punto de castigo, pero es lo que toca, el equilibrio debe mantenerse, es obvio. En resumen, de vez en cuando el karma debe actuar en mi contra. No digo que vaya predispuesta a pensar que alguna fuerza del universo quiere acabar conmigo siempre, pero si que estoy constantemente a la defensiva. Quizá no sea por lo del karma en particular, lo más seguro es que lo del karma solo esté usándolo como excusa para intentar entender esta tara que me persigue. Pero es lo que hay, es lo que me pasa.

Así que eso es lo siento. Eso es lo que me pasa. Cuando consigo simplificar las cosas hasta sentirme bien y soy consciente de que me siento bien, me vuelvo loca pensando en lo que podría estar mal sin que yo lo note. ¿Cómo se supone que debo lidiar con esto? Osea, se supone que cuando las cosas van bien tengo que disfrutarlo, tengo que estar a gusto y desear que no acabe nunca, y sin embargo me encuentro a la defensiva pensando que hay un motivo escondido para todo y deseando que se destape la maraña de una vez por todas para poder saber que es lo que iba mal. No se si es curiosidad malsana o masoquismo absoluto, pero no es bueno, eso está claro.

Pensándolo y escribiéndolo me doy cuenta que quizá también sea esa la razón de mi ansiedad y mi nerviosismo crónico. Lo que sigo sin saber encajar es esa sensación que me ataca de vez en cuando, sobre todo cuando mas nerviosa o ansiosa estoy sin motivo. Esa sensación de que algo va a suceder y no sé lo que es, y que no tiene que ser algo malo en si mismo, es posible que sea algo bueno, pero no sé lo que es. Y por si normalmente no estuviera a la defensiva y con ansiedad, esa sensación me ataca de vez en cuando para probarme.

Nunca sabré lidiar conmigo misma y creo que nadie lo sabrá hacer tampoco. Estoy convencida de que en realidad estoy hecha para acabar sola sin entenderme a mi misma y sin que nadie me entienda tampoco. El día que pueda asumir que un momento de paz no tiene por que ser un momento malo disfrazado... ese día será fantástico, os lo aseguro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario