jueves, 7 de febrero de 2013

De como pasaron cuatro años.

Dentro de unos pocos días (nueve, para ser exactos) cumpliré 22 años y, por alguna razón, junto a este acontecimiento han aparecido una serie de recuerdos, cuestiones y balances sobre los siguientes hechos:


  • En 2009 empezaba la carrera, primero de Filología Hispánica, año en que comenzó a ponerse en práctica el Plan Bolonia. Asignaturas fascinantes y terribles, pasar de estudiar como si me fuera la vida en ello a pasar tanto de todo que no sé ni como saco algunas asignaturas, y así hasta encontrar un punto medio. Conocer gente increíble, peleas, arreglos, parecer críos de primero de la ESO en los primeros tres años de la carrera. Aprenderme de memoria la biblioteca, leer unos sesenta libros cada curso, empezar a formar mi propia biblioteca, encontrar belleza en el más simple de los análisis sintácticos y comenzar una cruzada contra los académicos de la RAE y sus absurdas modificaciones (si "muslamen" está incluida en el diccionario, exijo que se incluya también "culamen", "pechamen" y "entreteto", he dicho). Han pasado cuatro años y ahora, en 2013, me voy a graduar. Sí, tendré que seguir el curso que viene, pero aun así doy por finalizada una etapa tan maravillosa como aterradora y problemática, llena de cambios y emociones que, estoy segura, me ha marcado más de lo que soy capaz de notar ahora mismo.
  • Con dieciocho años (hace cuatro años, también) llevaba algunos años con intención de sacarme el carnet de conducir, para tener mi propio coche y convertirme en alguien más independiente. Me costó cuatro años decidirme a apuntarme en la autoescuela, pero lo hice y, aunque sigo acojonada (que es una palabra muy corta para la situación real), puedo decir orgullosa que hoy he hecho mi tercera práctica y que no lo hago tan mal como me parece.
  • He sufrido una evolución enorme en lo que a relaciones personales se refiere. Antes no hablaba con nadie y no me fiaba realmente de nadie que me rodease. Alguien que quiera ser amigo mío no puede ser de fiar, pensaba siempre. He pasado de tener un enorme y cerrado grupo de amigo (muy parecido a una secta en algunas ocasiones) a no tener ningún ser a mi lado a quien pueda considerar como tal. Más tarde conocí gente nueva y volví a tener a quien llamar amigo y con ello aprendí a diferenciar entre un colega y un amigo de verdad. Ha pasado mucho desde entonces y poco queda a mi alrededor que sea como era en un principio. La gente cambia, va, viene, se mueve de forma continua y no acaban nunca de pararse a compartir tu camino. Pero hay ciertas personas (cuento dos o tres) que están ahí y lo estarán siempre... Alguna ha estado ahí desde antes de que yo aceptara que estuviera y se agradece. La gente en general es prescindible, pero esas personas en particular, no lo son, cosa que he aprendido hace poco.
  • Hablaría de otro tipo de relaciones personales, esas rarunas en las que un chico y una chica se juntan y pasan cosas amorosas. Pero no estoy en mis cabales ni debo hablar de ello sin un abogado presente. No obstante, debo decir que el cambio ha sido abrumador, una evolución muy marcada, muy rara y de la que aun quedan muchos restos que no se pueden borrar. No os equivoquéis, sigo pensando que esas cosas de amoríos y noviazgos no son para mí, pero una es débil y a veces, cede.
  • He empezado a trabajar. Tanto amenazar con hacerlo desde los dieciséis años y por fin lo he hecho. No es lo que más me gusta, pero me da algo de ahorros y eso siempre es bueno, porque así podré seguir yendo al teatro, al cine o simplemente a cenar por ahí, sin pensar en cuanto dinero tengo o puedo recaudar. Y aunque ahora me toca ser profesora particular, que sepáis que no me gusta ni me gustará jamás dar clases, no es lo mío, sin lugar a dudas. 
Parece mentira que todo esto haya pasado por mi cabeza o a mi alrededor en tan solo cuatro años. Voy a cumplir veintidos en nueve días, no lo celebraré, porque no sé organizar nada, pero estoy segura de que me espera un año tan lleno de cosas como estos últimos cuatro años. 

Como me lo merezco, haré un brindis virtual por mí, por estos cuatro años, por mis veintidós y por cuatro años más, por lo menos, tan inesperados como estos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario