lunes, 21 de octubre de 2013

Los sueños

Hace una semana, más o menos, en mi clase de Comunicación interpersonal, el profesor nos dio un artículo a cada uno con intención de que hagamos una ponencia el miércoles de esta semana. Acabo de terminar de preparar todo lo que tengo intención de decir en clase y me ha parecido buena idea publicarlo aquí, haciendo un inciso en este curso del diario de viaje de Oporto, que espero que os esté gustando. Dejo a continuación el enlace al artículo para que podáis leer aquello que tanto me gustó leer a mí y al final os dejaré un enlace a un vídeo de la conferencia a la que se hace mención en el artículo. Espero sinceramente que os sea de tanta ayuda como me fue a mí no solo escribir la ponencia, sino también leer el texto y ver la charla.


Ponencia:

El artículo que he leído para esta ponencia habla del hecho de llegar a cumplir nuestros sueños. Pero antes de comentar mi postura frente a esta idea, creo que es importante que aclare qué es lo que entiendo yo por “tener un sueño”. Obviamente no me refiero a las imágenes que mi cerebro genera cuando duermo, aunque en alguna ocasión coincida, más bien creo que los sueños son las metas que nos planteamos a lo largo de nuestra vida y aquello a lo que aspiramos. Al menos esa es la definición que le doy yo al concepto en cuestión ahora que soy una joven adulta.
A lo largo de nuestra vida van surgiendo diferentes sueños a los que aspiramos, todos condicionados por nuestro estilo de vida y personalidad. Es cierto que, tal y como narra el artículo al comienzo, llegados a cierta etapa de nuestras vidas los sueños y nuestra forma de concebirlos cambia. La madurez parece llegarnos siempre acompañada de un sopapo de realidad que acaba por convertirse en pesimismo y negatividad. Quizá porque es más sencillo ver el lado negativo de las cosas, quejarse y dejarse estar que luchar por ser más positivo y activo a lo largo de nuestra vida; o quizá porque culturalmente estamos predispuestos a dar por hecho que la vida tiene como misión darnos una patada en la cara cada vez que nos levantamos; no lo sé. Pero la realidad es que a medida que crecemos nuestras metas o sueños se disipan y la mayoría acaban en el cajón de imposibles o inalcanzables.
No sé cuantos de vosotros tendréis un cajón desastre lleno de cosas que pudieron ser y no fueron, o de cosas que nos gustaría que fueran pero no nos esforzamos en llegar a ellas. Yo tengo uno, tengo mi metafórico cajón desastre lleno de todas las veces que caí, que no conseguí lo que esperaba o que me impedí a mí misma alcanzar. El artículo que leí se mostraba como una “invitación a rescatar los sueños que dejamos atrás”. Y conmigo al menos, lo ha conseguido.
Leer sobre Lou Holtz o Randy Pausch, que ante un futuro negro y desolador en lugar de rendirse se decidieron por plantar cara y hacer frente a los problemas, cada uno a su manera, pero ambos cumpliendo sus sueños y dando ejemplo de vida a aquellos que los rodeaba, es completamente inspirador. Randy Pausch es conocido por una conferencia que dio cuando se le diagnosticó cáncer de páncreas y no se podía hacer nada más que esperar el final. En su conferencia no solo hablaba de como consiguió a lo largo de su vida cumplir aquello que se propuso, sino también de un estilo de vida, de una fe absoluta en las propias capacidades y de una visión positiva de la vida que nos rodea, porque todo tiene su lado bueno. Lou Holtz, por su parte, en un momento de su vida en que se veía completamente desolado por los problemas económicos que tenía decidió escribir una lista de todos los deseos que tenía y que alguna vez tuvo, llegó a escribir ciento siete sueños y cumplió gran parte de ellos.
Leo el artículo una y otra vez y no dejo de pensar que yo necesito hacer eso mismo. Randy me da una lección de vida y Lou una lección de perseverancia. No se trata de saber de ellos, emocionarte por sus historias y pasar a otra cosa, se trata de tomar conciencia de la realidad que se plantearon en un momento, que plantearon al mundo y que yo os planteo a vosotros ahora. Se trata de ser conscientes de que lo que deseábamos de niños quizá no era tan descabellado como ahora creemos que es. Se trata de dejar de pensar en los problemas que puede acarrear o en el miedo que puede dar e intentarlo sin más. Como popularmente se dice, “el que no arriesga no gana”.
Bueno, yo me he emocionado con la conferencia de Randy y he empezado mi lista de sueños, que está justo al lado de la lista de lugares a los que viajaré algún día. Y os recomiendo que hagáis lo mismo. Pensad en aquello que siempre habéis querido hacer, en eso que lleváis pensando varios días que os gustaría que pasase, en las ganas que tenéis de llegar a conseguir todo ello y no os quedéis esperando a que pase, vivid de manera que podáis provocar que se cumpla todo lo que deseáis.
Que no os dé miedo fallar, todos fracasaremos mil veces antes de conseguirlo; que no os preocupe la opinión que puedan causar vuestros actos; y, sobre todo, no creáis que lo que deseáis esta lejos de vuestro alcance. Yo soy todo lo capaz, fuerte y decidida que quiero ser, y nadie puede impedirme que algún día llegue a cumplir cada uno de los puntos de mi lista. Creo que somos nuestros propios muros, que si no conseguimos algo es porque habitualmente nos boicoteamos a nosotros mismos. Propongo que dejemos de ser nuestros peores enemigos y que nos replanteemos nuestras metas, todas ellas, hasta las más descabelladas; que hagamos algo por hacerlas realidad porque nadie lo hará por nosotros y ya es hora de que seamos un motor activo en nuestras propias vidas.
Vídeo de la conferencia:

No hay comentarios:

Publicar un comentario