jueves, 3 de marzo de 2011

Principalmente

La misma ventana mirándome desde el edificio de enfrente, la misma de todas las mañanas con el mismo vacío y la misma soledad. Un desierto completo para mi cada mañana desde esa ventana vigilante. La misma venta, solo que ya no es la misma. Hoy lo he visto y una mezcla de miradas que matan y miradas que follan se cruzaron en el mismo lugar para acabar en una sincera sonrisa. Una sonrisa que funcionaría de promesa para el resto del día, de la semana, del mes y del resto de los años. Una sonrisa que transformó aquel amplio desierto en un oasis iluminado por la luz tenue del sol. Una sonrisa, tu sonrisa y, a partir de aquel día, mi sonrisa.


No hay comentarios:

Publicar un comentario